La crisis ecológico-ambiental no es un fenómeno aislado, sino que es un componente destacado de la crisis global de nuestra civilización industrial y en ningún caso se puede estudiar separadamente del contexto general. Así, pues, cualquier intento de analizar los problemas, causas y soluciones de la "ecocrisis" debe pasar necesariamente por una comprensión del estado crítico de la situación mundial.
Estamos inmersos en una crisis global y estructural que marca la transición hacia una nueva sociedad, que se viene manifestando a través de una serie de crisis parciales (energética, económica, financiera, de relaciones internacionales, de valores, etc.), pero que desde nuestro punto de vista se realiza a principios de los setenta por la aparición de la "crisis del medio ambiente". Junto con el fin de la ideología desarrollista, esto evidencia la imposibilidad de un crecimiento incontrolado e indefinido en un mundo con límites físicos y sociales incuestionables.
La crisis del medio ambiente no es solamente de recursos y de capacidad biológica del ecosistema global, sino que, insertada dentro de la crisis del modelo de desarrollo industrial, nos refleja también la degradación del medio ambiente humano en su dimensión sociocultural. Si bien las causas directas de la crisis ambiental las hallamos en una constelación interactuante de fenómenos poblacionales, científico-tecnológicos y crecimiento económico incontrolado (con sus secuelas de urbanización, industrialización, consumismo, etc.), sus raíces, por el contrario, hay que buscarlas en la misma concepción del mundo y de la vida, y en la falta de comprensión del medio como un todo, así como en la miope percepción de la relación entre hombre-sociedad-medio ambiente que en última instancia se remonta al pensamiento judeo-cristiano de posesión de la tierra y al impulso de la corriente renacentista que reafirmaba la idea de dominación de la naturaleza a través del conocimiento científico.
El desordenado progreso técnico y económico alcanzado por la humanidad en los últimos tiempos se nos presentan como las causas inmediatas de la crisis ambiental, pero detrás de ellas existen otras causas subyacentes que hunden sus raíces en el pasado y que, en definitiva, responden a una falta de percepción y entendimiento del hombre con el medio ambiente del que forma parte y depende básicamente.
Los grandes problemas ambientales con los que hoy nos encontramos son, en una gran parte, consecuencia directa de la inadecuada actitud del hombre respecto a la Naturaleza.
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